Así empieza una historia, una apasionante, emocionante y romántica historia que desborda lo mejor de ambos: la alegría, los sueños, la primera esperanza, la primera fe en algo concreto, el primer amor dulce, rabioso, verdadero, inquietante, indomable, apasionado, sufrido y vivido. Un amor que parece sacado de una película cursi del género romántico, pero con una fuerte tendencia de poseer drama en muchos momentos en los que podrían haber sido sólo comedia…y quizás, una fantástica comedia. Es interesante el momento en que todo cambia, pues se percibe, se respira, se traduce y se grita..sí!, se grita!. ¿El gatillante? Sin respuesta aún.
Palabras, tras palabras, sin suspiros ni pausas, sin métodos ni formulas sólo palabras afiladas, enojadas, escondidas, misteriosas sacadas del fondo del alma, de nuestras sospechas, de nuestras dudas, de aquellos miedos en ese momento no superados…falta de amor a si mismo quizás o sólo reducir a falta de confianza.
Muchas teorías trataban de explicar este inusual, pero repetitivo hecho que transforma la manera de pensar de las personas, que interfiere en el crecimiento de nuestra madurez, que produce dolor si se percibe de la peor manera pero que deja enseñanzas para el porvenir.
¿Cambiemos? Cambiemos el escudo, las buenas palabras sin fundamento, las miradas perdidas, la derrota, el orgullo, lo que no se dice, lo que se piensa, lo que se siente y realmente cambiemos el amor que tenemos.
¿Actuemos? Actuemos en nuestro hablar, en el caminar, en la forma de responder, en la forma de querer…No!, no resulta, la fórmula parece ser demasiado usada, no tiene efectos internos y lo que es peor, de realizarse sólo produce efectos colaterales que llegan tarde a nosotros pero muy temprano a nuestros seres queridos.
¿Maduremos? No es necesario, hemos madurado con lo que nos tocó, con lo que vivimos a diario, con los pasos mal dados que en el futuro tienen una grata explicación, con los errores perdonados, con las enseñanzas sacadas sólo del tropiezo y no de los cuentos de terceros; y con la plena convicción de que Dios está detrás de todo esto.
¿Amemos? Es lo que hago, es lo que pienso, es lo que siento…Amemos quienes somos, quienes fuimos –aún aceptando que cometimos muchos errores-, quienes llegaremos a ser y amemos –agradeciendo- que amamos cuando creíamos todo perdido. Amar, del primer amor, es verdad, es ansiedad, es error, alegría, terquedad, inocencia y ceguedad. Amar, del amor que continúa, es tolerancia, paz, verdad, confianza, regocijo, felicidad…es cuando haces bien por querer de todo corazón que todo sea irrepetible, inmejorable, perfecto, memorable y tranquilo. Cuesta más, cuesta paciencia, cuesta entrega, cuesta dedicación, preocupación…exige más de ti.
¿Entendimos al fin? Si, creo que sí. Entendimos que los momentos en que todo parece ser un cuento de hadas, siempre tendrán un peculiar final que nos sorprenderá. Entendimos que el corazón vuelve a amar, en otros grados, en diversas dimensiones, con nuevos olores, nuevas sensaciones, nueva piel, nuevo abrazo, otros besos, otro gesto, otra complicidad….otras canciones, nuevas imágenes, nuevos paisajes, nuevas conversaciones, nuevas familias, nuevas relaciones. Entendí, que amar es volver a vivir…que independiente que sientas que ya viviste una vida con la cual luchas en tu diario vivir interno, hay otra persona que emerge de ti y se renueva de amor, esta viviendo, latiendo, respirando, confiando, volviendo al andar…no anda perdida, no esta vacía, no espera mas, no espera arruinar todo. Pues, al fin cuenta con la amada compañía de Jesús, a través del cual conozco y puedo sentir a Dios…
Agradezcamos, después de todo, que continuemos caminando, que nuestras manos sienten el roce de esa mano que nos apoya, nos comprende, nos hace sonreír en los momentos agrios de la vida, de esa mano que es tan cómplice y proviene de nuestro amado. Agradezcamos y pidamos por ellos, porque nos sigan amando, nos sigan entiendo, nos sigan regaloneando, entiendan nuestro malos y buenos momentos, entiendan esa mirada que explica todo, entiendan nuestro pasado, nuestro hoy y quieran continuar con nosotros en nuestro futuro. Pidamos porque la vida siga el curso que tiene para nosotros, porque nuestros corazones sigan renovándose y porque Dios nos siga demostrando su inmenso amor como lo ha hecho todo este tiempo…pues hoy vivimos, hallamos un sentido y respiramos aún cuando creímos ser zombies caminantes en una tierra sin sentido.
Alegrémonos por nosotros, por los que nos quieren, por la Vida y por todo lo que ha hecho Dios por nosotros.
“En angustia clamaron al Señor, y él los sacó de su aflicción. Cambió la tempestad en suave brisa: se sosegaron las olas del mar”
Salmo 107: 28-29
Adios
(Gustavo Ceratti)
Suspiraban lo mismo los dos
y hoy son parte de una lluvia lejos
no te confundas no sirve el rencor
son espasmos después del adiós
Ponés canciones tristes para sentirte mejor
tu esencia es más visible,
Del mismo dolor
vendrá un nuevo amanecer.
uuuuh
Quedabas esperando ecos que no volverán
flotando entre rechazos
del mismo dolor
vendrá un nuevo amanecer.
uuuuh
Separarse de la especie
por algo superior
no es soberbia es amor
Poder decir adiós
es crecer
uuuuh
