Qué bello es mirar la vida con tu amor, que admirable es apreciar el poder de tu presencia. Bendito sea quien te encontró desde sus inicios y en ti perseveró, porque descubrió desde el principio el motor de su propia vida y venció. Alabado y exaltado seas mi querido Padre amado, tú humildemente eres glorioso, majestuoso, el todopoderoso y en ti mi corazón descansa.
Alabo tu apreciada y atesorada palabra de vida. Tus ángeles me rodean y nada podrá con ellos. Amado Padre mío, yo soy la niña de tus ojos….yo, la niña que espera por ti, por tu venida, la que confía en ti, la que usa su fe en tu nombre por la autoridad que le diste al reconocerse tu hija. ¿Quién podrá agradecer, de suficiente manera, las grandes cosas que has hecho con nuestras vidas?...porque cuando gemí ante ti -siendo mi dolor el único escudo que portaba en ese entonces y nada tenía sentido- tú, sólo tu querido Señor, me viniste a reencontrar con el amor, a dar todo cuanto mi alma esperaba. Me amas padre mío y yo adoro tu amor con amor. Esta es tu hija: desprovista de todo lo anterior ante ti, confesando sus pecados ante ti y recibiendo tu perdón en respuesta. La hija que descubrió en ti un padre omnipotente y todopoderoso que nunca me abandona y nunca lo hará, esa es mi fe. Te Amo mi Señor.
Llegar a ti
(Jacy Velasquez y MDO)
Así como lluvia en el desierto estas aquí en mí. Sin ti he vivido tanto tiempo sin sentir, vuelvo a nacer, a vivir. Se despiertan mil colores en mi ser por ti…
Sentir que tu amor detiene el tiempo
Pues sé que a tu lado hasta el final yo llegaré.
Por ti nacen versos nuevos cada amanecer.
Mi inspiración, mi voz, eres tú la fuerza que me hace creer, mi fe.
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