Porción de cielo caída en la Tierra

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jueves, 21 de julio de 2011

Lo indescifrable del corazón

Recolectando vivencias me surgió una duda: ¿podemos dejar de lado el amor que creemos de nuestra vida por la persona que siempre soñamos tener a nuestro lado?

Ella, de pelo rojo, apodada “la colorina” era fuerte (al menos, eso se veía para el resto), un poco inestable, con ideales, una espiritualidad congelada, un carácter fuerte, de temperamento predominantemente altivo, siempre a la defensiva. Sin embargo, esta rojiza en la privacidad era dulce, cálida, amaba en caricias y murmullos, pero ese amor parecía no verse cuando se enfrentaba a la realidad. Ella amaba a su pareja, me señaló que era el amor de su vida, lo decía con una certeza implacable que me recordaba tiempos anteriores. Su pareja la amaba con su vida, y si le preguntabas por su rojiza, decía lo mismo: La Rojiza era el amor de su vida, pero durante el último tiempo les aquejaban muchos problemas, carecían de caricias y no había tiempo para la intimidad. Todo esto, fue desgastando la relación y uno de ellos decidió terminar su relación. Determinante decisión que lleva envuelta la enfermedad de saber que dejas de lado, por el bien de ambos, a quien amaras de una forma totalmente apasionada por el resto de tu vida.

En el otro extremo, esta ella, de tes blanca con una presencia impecable, buenos sentimientos, descubriendo el verdadero amor en la mirada de la ex pareja de la colorina. Ella actuaba de modos inexplicables y su sello era la dulzura. Ella calmó el corazón herido de la pareja de la rojiza, le dio tanto cariño que le fue más fácil cada vez convertirlo en amor, hasta enamorarlo con sus cuidados.

Hablé hace unos días con esta pareja, él le reconoce a la de tes blanca que la colorina es su amor de por vida, pero le asegura que es a ella a quien siempre busco en su vida. Ella, la de tes blanca era todo lo que él esperaba encontrar en una mujer. Al escuchar esto, se me vino la película “El amor en los tiempos de cólera”, recordé la parte en que Fermina, quien tenía ya 72 años invita a Florentino Ariza, a conversar con ella luego de haber fallecido su compañero de vida. Fermina, tuvo un matrimonio de 50 años, pero se casó con su esposo sin saber si era amor. Por otro lado, estaba Florentino Ariza, quien se enamoró de Fermina cuando ésta tenía 21 años, se enviaban cartas pero todo terminó cuando ella se casó. Por lo tanto, la conversación después de 51 años sin verse fue la siguiente:
“Quizás es hora de preguntarnos con nuestro gran deseo de vivir: ¿qué hacer con el amor que se ha dejado atrás sin amo?” (Florentino)
“Es increíble cómo se puede ser feliz durante muchos años en medio de tantos problemas, de tantas riñas. Maldita sea!...y sin saber si realmente era amor o no.” (Fermina)

 
…Fermina en este caso, optó por el mejor hombre que podía haber encontrado. Siempre señaló que su marido había sido un excelente esposo, la había amado y era el mejor hombre que podía haber elegido para casarse pero sabía que ella no había logrado amarlo; sin embargo, ella había logrado tener una vida feliz con él a pesar de las circunstancias.
Cuando Fermina vuelve a reencontrarse con el amor de su juventud, Florentino Ariza, confirma que por el sentía verdadero amor pero encontraba, que a sus 72 años, ese sentimiento no valía la pena. Ante esto Florentino, que llevaba la cuenta exacta de los días que estaba sin ella, señala lo siguiente:
“Nunca había sido tan feliz en toda mi vida..
Después de 53 años, 7 meses y 11 días con sus noches mi corazón estaba pleno y descubrí para mi alegría, que es la vida y no la muerte la que no tiene límites.” (Florentino)
Sé, que me sumerjo en películas para tratar de encontrar respuestas a lo que yo llamo “lo indescifrable del corazón”. Duelen estos temas, porque son vividos o presenciados en otros, pero de alguna forma lo único que intento es encontrar algo que podamos llamar cura.

Entonces, ante la interrogante: ¿podemos dejar de lado el amor que creemos de nuestra vida por la persona que siempre soñamos tener a nuestro lado? Creo que sí. A veces podemos optar por ser felices con el hombre de nuestros sueños, que no por aquello es el amor de nuestras vidas. Es una buena decisión, y ya no creo que se trate de ser cobarde. Es más, hay que tener mucha valentía para evadir los gemidos del corazón. Pues, en todos los casos que me ha tocado ver que existe una pareja que se ama y se reconoce amor de por vida, esa pareja asume que se aman pero que no pueden estar juntos en el ahora y que sin lugar a dudas, estar el uno sin el otro es más difícil que estar juntos pero más llevadero para el alma. De ser así, lo más normal y bueno para las personas es optar por quien nos hace bien y con el que podamos llegar a ser felices pudiendo amarlo pero nunca se asemejará ese tipo de amor a ese amor pasional, que vibra desde adentro y se mantiene sin quererlo para toda la vida. Lo indescifrable del corazón, es ¿Qué pasa cuando nuestro corazòn reconoce su hogar en otro corazón y lo vuelve a ver?...esa pregunta es la que me queda y que no logro descifrar. He ahí, mi referencia a la película, aunque podría mencionar tantas otras “Nueces para el amor”, “la misma lluvia, el mismo amor”, “el secreto de sus ojos”, entre tantas otras. El cine Argentino parece ser bien romanticón y siempre apunta a esos amores imposibles que te marcan de por vida aunque en todas ellas estas parejas terminan felices. Creo que no siempre debe darse esto en la realidad, y aseverar esto es comprender que esto no pasa a ser culpa de nadie.


Dejo más frases de la película mencionada aquí.


“Estaré esperándola, mi corazón es como el mar, infinito y eterno aun cuando es tan turbulento como las olas que rompen.” (Florentino en su espera)

“…como la primavera has regresado renacida.”

“No soy nada. No sanare, nunca lo haré. Me dio el rayo del amor y me quemé más allá de toda cura. Ella es una astilla que no me puedo quitar. Ella es parte de mí, dondequiera que voy. Ella está en todos lados.” (Florentino)

“Mantenla a salvo, protégela de todo mal.” (Florentino pidiéndole a Dios por Fermina)

“Vida mía, alma mía. Se fuerte, resiste. No te rindas porque nuestro amor es más profundo que el océano profundo. Nadie puede cortar el tallo de nuestro Amor.” (Florentino en su espera)


Siempre desde afuera, parece verse todo más claro y desde adentro, todo tiene más soluciones.

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